
Unas columnas de mármol se yerguen imponentes sobre la entrada principal del Teatro Municipal mientras Tito Vargas, ex alumno de la primera promoción de la Escuela Taller de Lima de la especialidad de Electricidad, explica los trabajos de intervención donde se le encargó la inspección de los sistemas eléctricos.

Entrando hacia el auditorio, los brillos dorados de los bacones iluminan en la oscuridad “Cuando llegué todo estaba destruido, en ruinas. Pero gracias al equipo entre carpinteros, escultores, electricistas, yeseros, etc. donde muchos fueron de la Escuela Taller de Lima se lograron cumplir los objetivos trazados” comenta Tito mientras señala las luces principales que enfocan al escenario y explica el proceso del cableado entre las molduras y dorados “Lo primero que hicimos fue la exploración y verificación del sitio para poder reflejar el proyecto de restauración, ya que, el proyecto manda una cosa pero realizarlo es otra”.
Tito es consciente del arduo y difícil trabajo que fue la restauración del Teatro Municipal, nos comenta que hubo mucha tensión por la expectativa, los días pasaban y no siempre con buen ánimo “El trabajo fue realmente arduo, éramos 300 personas trabajando en el teatro y 8 en el equipo de electricidad, aún así, había días en que trabajábamos 12 horas diarias para llegar a la meta y la intervención cada vez se hacía más compleja, imagínate que había que pasar tubos sin dañar el mármol o las molduras, entonces nos las ingeniamos, estudiando y explorando para cumplir lo mayor posible lo que dicta el proyecto”
Los balcones son impresionantes, la sola mirada te transporta 80 años atrás donde los sombreros en forma de hongos y las elegantes vestimentas de etiqueta dominaban los espacios. Las cariátides[1] parecieran que detienen el tiempo con su rigidez y belleza. “El balcón presidencial es el más elegante y amplío de los balcones y además tienen una posición privilegiada” comenta Tito mientras sonríe orgullo de su trabajo.

Ahora, nos cuenta, de que gracias a la confianza depositada por sus superiores se le ha encargado el mantenimiento y supervisión de todo el sistema eléctrico del Teatro Municipal. “Si, cuando se acabó el periodo nos solicitaron, a Víctor Zapata (ex alumno de la ETL) y a mí quedarnos para encargarnos del mantenimientos de los sistemas eléctricos que acabábamos de instalar. En las funciones, yo debo estar presente monitoreando, conjuntamente con los luminotécnicos y sonidistas de que todo esté operativo; si hubiera algún problema, inmediatamente detectamos la falla y hacemos los ajustes respectivos”.
Frutos de la ETL

Ya de vuelta en el Hall, nos muestras orgulloso la placa de inauguración y con leve sonrisa se anima a brindarles unas palabras a los estudiantes, de las diferentes especialidades, de la Escuela Taller de Lima: “Yo le diría a los estudiantes que, cuando egresen, van a encontrar un mercado difícil, pero creo que tendrían que tener mucha dedicación y constancia para lograr sus objetivos. Traten de no dedicarse mucho a obra nueva porque poco a poco van perdiendo la ilación de lo que han estudiado. Hay trabajo en restauración, es cuestión de ser bueno en lo que haces y estar metido en la cancha”.
*Basado en la entrevista realizada a Tito Vargas en el mismo Teatro Municipal el viernes 08 de Agosto de 2011
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